13 de Abril 2020
SITUACIONES EXTRAORDINARIAS IMPLICAN RESPUESTAS EXTRAORDINARIAS
No era posible iniciar este blog sin tener en cuenta la situación que estamos viviendo todos. A nivel personal, familiar, social, laboral, económico… En definitiva, a todos los niveles. Se trata de una situación que demanda a gritos la palabra ¡ayuda!, pero también genera la respuesta automática de “aquí estoy, de la manera que sea, para lo que sea”. Como amigo, como hijo, como padre, como profesional, como persona, como miembro de un grupo, como parte de un sistema.
Como profesionales de la salud mental, creo que siempre tenemos una labor muy importante en el acompañamiento y la ayuda a las personas. Y si partimos de la base de que nos encontramos, como población, en una situación cuanto menos crítica, a todos los niveles; automáticamente, la importancia de nuestra labor, se multiplica. De todo este conjunto de planteamientos, surge la decisión de poner nuestro conocimiento y nuestro trabajo al acceso de todos, atraviesen la situación que atraviesen, a lo largo del periodo que estamos viviendo, el cual resulta infinitamente complejo en todos los sentidos.
Trabajar en salud mental es una labor complicada, a la par que tremendamente vocacional y satisfactoria, en la gran mayoría de los casos. Valorar este aspecto y no escatimar en apostar por afrontar cada situación de la mejor manera posible y luchar por encontrar el equilibrio y el bienestar mental, lo considero una decisión fundamental y necesaria.
En este post no quiero adentrarme en la gran cantidad de posibilidades que nos da una oportunidad como la que está aconteciendo. No voy a ahondar en los numerosos significados de la palabra “cambio” y la importancia que tiene el significado que escojamos, en la vivencia que tengamos cada uno de la situación. De ésta y de todas. De lo que nos contemos a nosotros mismos y a los demás. En próximas publicaciones, profundizaremos más en todo ello.
Sí me gustaría aprovechar este momento para aclarar un aspecto que considero muy importante. Y es que, dentro de las posibilidades que podemos ofrecer los profesionales de la salud mental, es fundamental diferenciar entre la labor de «contención» y la labor de «intervención». Para ser más concretos, en este momento lo que se está ofreciendo desde nuestro campo, a nivel social, y en el que por supuesto, también participamos, es un trabajo de contención y apoyo a familias, sanitarios y personas que se encuentran en situaciones puntuales de crisis que no son capaces de manejar. Este método de trabajo comparte los objetivos de apoyo y acompañamiento, además de ser la manera en la que nosotros, como parte de la población que está viviendo esta situación crítica, nos brindamos a poner nuestro granito de arena, al igual que personas de otros sectores, para paliar lo máximo posible su impacto en todos los niveles.
La segunda labor, a la que llamamos «intervención», como tal, implica un proceso terapéutico a un nivel más profundo. ¿Qué diferencia supone esto? La de iniciar un camino en el que terapeuta y paciente trabajarán juntos, bajo un objetivo común, compartido por ambos, que implica necesariamente un tratamiento más prolongado en el tiempo. Puede tratarse de una intervención más ligada a la prevención de posibles consecuencias asociadas a todo aquello que estamos viviendo actualmente, en algunos casos, y en otros, a la puesta en marcha de un recorrido en el que prime el aprendizaje y la búsqueda de un cambio a un nivel estructural; es decir, al cumplimiento de una serie de objetivos que lleven, tanto a niños, adolescentes y adultos, como a la propia familia en su conjunto, a una mejora de su equilibrio mental, su manejo emocional, sus estrategias de afrontamiento y, en definitiva, su manera de construirse y entender la vida.
De esta primera publicación solo espero que quede claro que estamos aquí, que estamos para dar todo de nosotros mismos y que estamos aquí para seguir hacia delante. Siempre. La decisión de iniciar ese proceso no es nuestra, pero desde luego sí lo es, ser la herramienta que lo haga realidad.
Mucho ánimo y fuerza para todos.
Equipo JMI
#Nadietienemiedo
Excelente post!! Hola, soy psicóloga, quería comentarte que me ha gustado mucho el enfoque y abordaje de tu publicación, muy interesante la puntualización entre contención e intervención. Es alentador y gratificante descubrir psicólogos con esa mirada hacia las personas y la psicología…y más con todo lo que estamos viviendo en la actualidad. Se nota tu calidad humana y vocación por la profesión. Gracias por compartir. Acabo de descubrir tu blog, te felicito por tu trabajo! Te seguiré leyendo
Muchas gracias por tu comentario Paula. Especialmente, como opinión de una profesional de la salud mental. La información de la Web representa nuestra manera de entender a la persona y, por tanto, nuestra condición y función como terapeutas. Esperamos que llegue a todos los lectores la gran diferencia existente entre una contención puntual y el llevar a cabo un proceso terapéutico. Seguiremos publicando acerca de ello. Gracias por seguirnos.
Dentro de este contexto, muchas veces es complicado que las personas que necesitan ayuda profesional la busquen. En mi caso, un miembro de mi familia está pasando una mala racha por problemas de salud que le afectan a la autoestima y a su estado de ánimo. Actualmente se le están agravando con la situación de confinamiento. Intentamos animarla cómo podemos desde la distancia pero con la impotencia de no poder ni siquiera tratar el tema de que acuda a un profesional porque lo considera algo tabú, algo estigmatizado. ¿Cómo podríamos afrontar el tema?
Hola Sara, agradecemos que nos plantees esta duda, dado que se trata de algo muy común que afecta a numerosas familias. Efectivamente, como comentas, es muy difícil plantear la necesidad de una ayuda psicológica a personas que de por sí lo viven como algo innecesario, incluso negativo. Afrontar que necesitamos ayuda y que no somos capaces de lograrlo solos, es algo complicado de aceptar para muchas personas. Desde el ámbito profesional, nos ocurre lo mismo. Es prácticamente imposible ayudar a alguien que no quiere ser ayudado. En estos casos, como personas cercanas, en primer lugar, reforzaros la labor que estáis haciendo de animar a vuestro ser querido e intentar que acceda a una ayuda profesional. Es algo fundamental. En segundo lugar, creemos que una terapia obligada, impide una intervención efectiva. Por ello, proponemos la opción de plantearlo como un posible acercamiento de persona a persona, sin recalcar el síntoma o las dificultades en sí. Simplemente proponer el diálogo con una persona que no tiene ese vínculo cercano que os imposibilita llegar más allá. Consideramos que si se logra este posible diálogo, exponiéndolo como una simple opción de interacción, el resto es nuestro trabajo. De acceder a esa persona, de vincular con ella, de validar todo aquello que esté sintiendo o le esté ocurriendo. Y, por supuesto, de inculcar la semilla de que no se trata de algo negativo, si no de un espacio personal, como tantos otros que necesitamos todos diariamente. Proponer el diálogo y que sea esa persona la que decida, tras este encuentro, si lo considera una opción viable para lograr su propio bienestar. Esperamos que te haya servido esta reflexión. En cualquier caso, puedes contactar con nosotros, sin compromiso alguno, para poder contextualizar la situación personal concreta y ayudaros a proponer un plan de acción. Mucho ánimo!